En todas las enfermedades congénitas del metabolismo debe respetarse la lactancia materna como base de la dieta de los bebés dado que, además de las ventajas biológicas ya comentadas, permite todas las manipulaciones dietéticas necesarias para su tratamiento. En el caso de la aciduria glutárica, la dieta del lactante debe complementarse con una fórmula especial de aminoácidos sin lisina y baja en triptófano. Actualmente se utiliza “Anamix GA1”.
Según explica el Dr. Baldellou,
“Las dificultades para mantener la lactancia se suelen derivar habitualmente de la situación anímica de la madre y de la complejidad que supone, en ciertas ocasiones, su puesta en práctica, frente al uso de una fórmula artificial especialmente preparada. Es una responsabilidad del equipo sanitario que atiende a la familia estimular, asesorar y apoyar a la madre en el mantenimiento de su lactancia.
El modo de administración de la leche materna en los casos en los que no presenta un uso exclusivo y debe administrarse combinada con fórmulas artificiales, ha ido cambiando a lo largo del tiempo, a medida que se obtenía una mejor experiencia en esta técnica. (McCabe L, Greve LC, Motzfeldt K, van Rijn M).
Inicialmente se procedía al vaciado artificial del pecho y se administraba la cantidad de leche materna que se había calculado como necesaria. En otros casos se procedía a una doble pesada del volumen obtenido para conocer la cantidad exacta ingerida; a continuación, se ofrecía la leche artificial específica para cada entidad, en función de las necesidades o de la tolerancia diaria de cada niño. De este modo se perseguía mantener la lactancia materna, con un estricto control de las calorías, proteínas y grasas administradas.
Posteriormente, y a medida que se conocieron las ventajas biológicas de la leche materna frente a las fórmulas artificiales y se demostró el mejor aprovechamiento de los aminoácidos y de las proteínas naturales de la leche materna, se pasó a administrar primero la cantidad de fórmula “especial” que se consideraba segura para el niño y que cubría prácticamente sus necesidades de proteínas y aminoácidos “tolerados”; a continuación, se ofrecía “a demanda” el pecho con el fin de mantener las ventajas de la “tetada” natural a la vez que se garantiza que el niño reciba, a través de la leche materna, las necesidades de aminoácidos o ácidos grasos esenciales.
Finalmente, la práctica diaria ha permitido avanzar en el conocimiento de la excelente utilización de los componentes de la leche materna en la mayoría de las EMC, de tal modo que su ingesta se ha liberalizado mucho y desde luego en ningún caso se equipara a la de una fórmula artificial. Por ello, la tendencia actual es considerar que el mejor modo de combinar la leche materna con las fórmulas especiales en estas enfermedades es alternar tomas de leche materna “as libitum” con tomas de leche “especial” para el trastorno del metabolismo de que se trate, para ir modificando la proporción numérica entre las distintas tomas en función de la evolución de los marcadores biológicos de la enfermedad. Ello asegura el mantenimiento de la secreción láctea, estrecha los lazos materno-filiales, evita manipulaciones complicadas, y en ocasiones peligrosas, y asegura el mejor desarrollo intelectual posible del niño.
En conclusión, el factor fundamental para la lactancia a demanda de niños con ECM es contar con un protocolo bien establecido, que incluya el tratamiento dietético y el seguimiento clínico y bioquímico. Es importante recordar los principios generales de la lactancia al diseñar los planes de alimentación. La cantidad de la leche que produce la madre depende de la estimulación de la succión del bebé. Si se introducen tomas complementarias con fórmulas especiales, habrá menos estimulación y, por tanto, se producirá menos leche”.
Un estudio observó la evolución de la lactancia a demanda en 7 pacientes con distintos ECM y se determinó que los trastornos más adecuados para la lactancia a demanda son la aciduria glutárica tipo 1 y la aciduria metilmalónica (Huner et. al., 2005).
“Está claro que administrar una cierta cantidad de fórmula sin proteínas o con restricción de aminoácidos reduce la ingesta de leche materna. Entonces, es necesario modificar los planes de alimentación en función de la situación basal del lactante y la gravedad clínica. La lactancia a demanda con una fórmula sin proteínas/con restricción de aminoácidos administrada antes de algunas tomas al pecho se tolera muy bien, en especial en el caso de la GA1.
[…]
Paciente 3: Una niña de 2 ½ años con AGI fue diagnosticada a los 6 meses con una encefalopatía aguda. Después de este episodio, su edad madurativa global se valoró como de 1 mes mediante DDST II en todas las áreas de desarrollo. Se continuó con la lactancia a demanda junto con una fórmula de aminoácidos esenciales sin lisina y baja en triptófano. Debido a su edad madurativa, no era adecuado comenzar con la alimentación complementaria. En el seguimiento, los niveles de lisina y triptófano en plasma estaban dentro del rango normal y no se detectó excreción urinaria de ácido 3-hidroxiglutárico. Durante el tiempo de lactancia a demanda se observó una recuperación del desarrollo, aunque seguía habiendo retraso a la edad de 11 meses.
[…]
Los principios de amamantamiento para bebés con ECM están bien establecidos y, siempre y cuando se comprendan correctamente, suele ser posible controlar a estos niños una vez estabilizados.
[…]
Durante un episodio agudo, y en la administración del tratamiento de emergencia, se debe prestar especial apoyo a la madre lactante mientras el equipo se centra en la enfermedad del niño. Esto incluye ayuda para extraerse leche e información sobre la lactancia de niños con ECM. El apoyo a la lactancia es fundamental, y el consejo de matronas/enfermeras y asesoras especializadas es de gran ayuda para las madres”.
Asimismo, existen numerosos grupos de apoyo y asociaciones prolactancia que pueden informar y apoyar a la madre. En este enlace se pueden consultar algunos de los grupos de apoyo por provincia: https://www.ihan.es/grupos-apoyo/. Por supuesto, el padre o pareja y el resto del entorno familiar también tienen un papel fundamental para proteger la díada madre-bebé y ayudar a que la lactancia sea satisfactoria, especialmente en los primeros momentos del diagnóstico, que suele coincidir con el periodo del posparto, una etapa en la que la madre está muy vulnerable.